¿Cuánto te importa lo que te importa? – Diana Torres

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¿Cuánto te importa lo que te importa?

Una forma de entender los cambios humanos es a partir de la forma que le damos a aquello que vale en ciertos tiempos y lugares. Pensemos en un breve recuento para ver con claridad el momento que estamos viviendo: 

Cientos de años donde la tierra era el único tangible valioso que otorgaba poder y estatus. Guerras, acuerdos y organizaciones sociales giraron durante siglos alrededor de poseer las mayores superficies de tierra para prosperar. 

Llegó la revolución industrial y el valor dejó de medirse en hectáreas para medirse en capacidad de producción de esos espacios. Maquinaria, procesos y sistemas pudieron generar más valor que el espacio que ocupaban. 

El siglo XX fue reduciendo el tamaño físico del valor con el procesamiento de datos. Tú y yo, sin importar los años que nos separen, crecimos en una economía de la información, donde los datos y qué se hace con ellos generó más valor que la tierra o la maquinaria física que los procesaba. 

Hoy sabemos que el valor de los datos se entrelaza con el bien más preciado del siglo XXI: nuestra atención. 

Los datos hoy sirven para llamar nuestra atención. Nuestra atención está generando el negocio más próspero de la historia. 

La atención, entendida como la mayor capacidad humana, esa que nos hace (o debería hacernos) poder elegir a qué le dedicamos nuestra capacidad cognitiva es hoy la mercancía más valiosa en la industria más próspera de la historia: las plataformas digitales. 

Nunca antes en la historia se había visto a una industria hacer tanto dinero en tan poco tiempo como hoy vemos en las plataformas digitales. 

¿Cómo pueden empresas como Meta (Facebook), Alphabet (Google) o Amazon hacer tanto dinero con modelos donde mayormente “regalan” su producto? La sola pregunta explica que, claramente, estamos en una nueva época económica y que el producto no es el contenido, las películas o las búsquedas, el producto es nuestra atención. 

Soy una convencida de que el mundo hoy se divide entre los que aún decidimos (con mucho esfuerzo cognitivo) a qué dedicamos nuestra atención y aquellos que ya no tienen capacidad de elegir dada la sofisticación de los datos que nos pone en frente (literalmente a menos de 40 cms de distancia de nuestros ojos) el siguiente tema, canción, noticia o video que “alguien” considera que nos va a interesar. 

Pregunta Jorge Drexler, cantautor uruguayo en su canción Algoritmo: ¿Quién quiere que yo quiera lo que creo que quiero? 

Yo también me lo pregunto. 

Dice Daniel Goleman, neurocientífico que hace 20 años introdujo al mundo el concepto de “Inteligencia Emocional” en su libro Focus: entre más te importa algo, más atención le das; y entre más atención le das a algo, más te importa. 

Entonces yo me pregunto: si en esta fórmula otros están llevando mi atención a donde más reditúa entonces… ¿cuánto realmente me importa lo que creo que me importa? 

Nadie se salva del cuestionamiento. Aquí algunos ejemplos:

¿Qué te importa más: tus hijos o las opiniones políticas de un desconocido? 

Tu parte racional está dando una respuesta “obvia”, aunque la realidad es que más de una vez has tenido a tu hijo frente a ti contándote algo que ocurrió en la escuela mientras no despegabas los ojos de Twitter. 

¿Entonces? 

¿Qué te importa más: tu salud o la imagen de otros que no conoces? 

Aparece de nuevo la contradicción si recordamos algún día (pudo ser hoy mismo) donde pasamos más minutos viendo imágenes del cuerpo de otros que moviéndose con intención el propio. 

Es la época en la que vivimos y aunque creo que no vemos el ojo del huracán porque estamos ahí, la lucha por el libre albedrío es más que nunca un acto de resistencia para preservar lo que nos queda de atención y elección. 

¿Cuánto te importa lo que te importa? 

Comencemos por incomodarnos con la pregunta, solo desde ahí podremos ver alguna respuesta. 

Te leo.

IG: @dianatorres.mx

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