Soy de las que siguen emocionadas con la idea de Tesla en nuestra región. Estoy convencida de que su aportación será en la economía y la generación de valor tangible e intangible.
¿Economía intangible?
Me refiero al impacto que tendrá en eso que no se verá pronto pero estoy segura modificará la forma en que generamos valor: el mindset y las habilidades profesionales.
La llegada de Tesla a nuestro entorno generará miles de empleos y contrataciones directas e indirectas. De hecho, su modelo de negocio abre grandes oportunidades a profesionales independientes ya que la empresa considera una amplia gama de contrataciones externas para mantener una base operativa mínima indispensable centrada en los procesos operativos y de generación de conocimiento innovador.
Pensar en trabajar con o para Tesla y toda su cadena de valor sube la vara a los miles de profesionales mexicanos que desean vivir en primera persona la construcción de los bienes de consumo de la nueva era innovadora y sustentable.
¿Quiénes podrán ser parte de esta cadena?
El código de proveedores de Tesla deja muy claros los requisitos para sus proveedores; a grandes rasgos, hacen negocios con empresas: institucionalizadas, con políticas de compliance y capaces de comunicar su oferta en lenguaje global.
Si traducimos el código de proveedores al lenguaje de las habilidades personales y profesionales, encontraríamos que:
Una empresa institucionalizada equivale a una persona con habilidades de pensamiento estratégico, procesos claros y toma de decisiones asertivas para evitar conflictos en la negociación.
Un negocio con claras políticas de compliance es el equivalente a una persona con un marco ético y de valores definidos, capacidad de autogestionarse límites y un comportamiento en conciencia de sustentabilidad propia y comunitaria.
Cuando a una empresa que aspira a ser proveedora de Tesla se le pide que cuente con una página web que clarifique su oferta, propuesta de valor, certificaciones y procesos, significa que a nivel personal esperan transparencia, habilidades de comunicación con enfoque global, claridad sobre las competencias diferenciales y asertividad para comunicarlas.
Claramente eso (nos) sube la vara como profesionales para comprender que más allá de las habilidades técnicas y experiencia profesional que hoy tenemos, la nueva economía requiere seres integrados al mundo y con capacidad de ver, aprovechar y comunicar oportunidades.
¿Estamos listos para ello? Es tiempo de hacernos la pregunta y buscar cómo garantizamos un sí por respuesta.
¿Qué te parece?
Me encantaría leerte.
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