¿Te ha ocurrido que piensas horas en un contenido, le das forma en tu mente, luego tecleas o diseñas, revisas, editas, por fin te animas a publicarlo y un minuto, diez minutos y horas después… no pasa nada?
Una lluvia de preguntas te invade entonces: ¿fue una mala idea?, ¿debí haber usado otra foto?, ¿en realidad no es tan gracioso?… La mayoría de las veces, depositamos el peso del éxito del contenido en el mensaje. Creemos que si éste no conecta, es porque el contenido tenía un fallo y no siempre es así.
El proceso de comunicación efectivo pasa sí por diseñar un mensaje adecuado, persuasivo y que conecte emocionalmente con el público, pero no todo su éxito depende de eso. La chispa de la conexión en comunicación responde a una receta compleja:
El mensaje correcto, a la persona correcta, a través del medio correcto y -por si fuera poco- ¡en el momento correcto!.
Debes voltear a ver otros elementos del proceso de comunicación para encontrar la tuerca que desencadena al síntoma del contenido grillo:
- La audiencia. Tal vez tu contenido sería un éxito si lo viera otra persona. ¿Será que no le estás hablando a la persona correcta? ¿Será que tienes en tu comunidad a seguidores que llegaron por otras vías, otros temas o tienen otros intereses?
- El problema núcleo. Un mensaje que conecta apela siempre a un problema, necesidad, miedo o deseo de esa persona correcta. ¿Y si lo que estoy diciendo es interesante (para mi), pero no resuelve ningún problema de mi audiencia? Y por problema no siempre debemos entender algo negativo; a veces generar una risa resuelve el aburrimiento, inspirar resuelve el problema de la procrastinación o enseñar algo resuelve el pánico de la hoja en blanco.
- La plataforma. ¿Hablo desde el canal que me gusta y me da comodidad a mi, o desde el que mi audiencia quiere recibir este mensaje? A mi me encanta Instagram, pero mi audiencia clave está en LinkedIn, ¿me sigues a dónde quiero llegar?
La fórmula de la comunicación estratégica es compleja, pero puedes comenzar por establecer tres mandamientos que alejen a los grillos de tus contenidos:
Mandamiento 1: El contenido debe estar pensado en la audiencia.
Mandamiento 2. El contenido debe resolverle un problema a mi audiencia.
Mandamiento 3: El contenido debe salir por la plataforma en que mi audiencia lo quiere recibir y no por la que yo tenga más comodidad. Ve ahora a revisar tus últimos 3 contenidos y te invito a que los revises bajo estos mandamientos, ¿podrías editar algo? Hazlo y veamos las reacciones. ¿me cuentas luego qué ocurre?