Entendamos algo: estamos en los primeros pasos de un nuevo modelo económico. Quienes lo comprendan hoy, tendrán negocios de éxito en las próximas décadas.
Para comprender la magnitud de este modelo hagamos un repaso por la historia económica de la humanidad:
Primer acto. Siglos bajo el modelo de economía agrícola donde el mayor activo fue poseer tierra y explotarla primero para consumo propio y luego para intercambio de sus productos.
Segundo acto. Llega el comercio entre naciones que da origen a la clase media burguesa. Por primera vez alguien que no nació en una familia poseedora de tierras podría hacer riqueza.
Tercer acto. Industria, transformación de materia prima y riqueza para quien posea medios de producción.
Cuarto acto. Economía de la información y los datos. Un estudiante generando algoritmos para recolectar y procesar información se convierte en el ser humano más rico de la historia de la economía liberal sin poseer un solo metro cuadrado de terreno.
Hasta aquí, la obra se llama: el mundo y sus recursos se acabaron, sigue hacer riqueza con intangibles.
¿Qué sigue?
Lo que se pueda hacer con esos datos, con nuestras vidas y comportamientos convertidos en información.
¿Cuánto vale eso?
TODO.
El nuevo acto se llama Economía de la atención. Un modelo de generación de riqueza que comienza a configurarse en un entorno donde la lucha ya no es por nuestra información, esa se las damos gratis, con ganas y en todo momento a cambio de un poquito de ego o de sentirnos menos solos.
Hoy la lucha es por tener el bien más escaso: nuestra atención. En una combinación de los mundos real y virtual donde más de 4 mil marcas se ponen frente a nosotros cada día para vendernos algo, solo quienes consigan nuestra atención podrán mantenerse como negocios sólidos.
La etapa donde la esperanza de vida de un negocio dependía de su calidad, su eficiencia o su rapidez quedaron atrás. Hoy solo una cosa preocupa a quienes están gestando negocios para el futuro: ser relevantes y captar la atención.
Pero, ¿Cómo ser relevante en un mundo tan saturado de información? ¿Cómo lograr ser ese dato en el que sí se detiene el ojo durante un scroll infinito en la pantalla?
Con información. Con datos. Conociendo a quien le hablas más que nunca.
Por eso, hoy el modelo económico pasa de una pista con dos personajes: productores de bienes y consumidores de productos a una pista de tres bailarines en escena: productores de bienes, plataformas de de datos y compradores de productos creados a partir de los datos que nosotros mismos damos.
Los negocios productores requerirán los datos generados y administrados por ese nuevo intermediario para comprender y obtener la atención de sus compradores. La moneda de cambio universal será la atención y solo quienes sepan negociar en esa moneda pueden pensar en futuro.
La lucha comenzó y hoy la atención está más dispersa que nunca. ¿Cuántas veces revisaste tu pantalla antes de terminar de leer este artículo? ¿Cuántas notificaciones recibiste en los 4 minutos que dura esta lectura?
¿Lo ves? El bien más escaso es tu atención y hoy debes saber que se libra una lucha voraz por ella.